jueves, 30 de octubre de 2008

25 años de Democracia: valorarla, cuidarla y defenderla para mejorarla



Es la primera vez en casi 200 años de historia institucional de nuestro país, que la democracia, como sistema de vida perdura entre nosotros por un cuarto de siglo. Ha pasado la experiencia radical de principios del siglo XX, gracias a la Ley Sáenz Peña, que el triste 6 de septiembre de 1930 truncó, marcando el fin de de los 14 años de novel democracia.
Los casi 10 años del gobierno de Perón se interrumpieron ilegalmente en 1955. Luego, las expectativas fueron más cortas aún, en los gobiernos de Frondizi e Illia, donde la democracia sobrevivió unos pocos años. Y finalmente la turbulenta estadía del peronismo en los setenta, que desembocó en el proceso militar más violento de nuestra historia contemporánea, configurando una de las usurpaciones ilegales más despreciables de todas. 
El 30 de octubre de 1983 fue una fecha significativa. En ese momento, porque los argentinos volvíamos a ser ciudadanos luego de la larga y oscura noche de la dictadura más sanguinaria que nos tocó vivir; y hoy, 25 años después, porque la recordamos como la fecha de inicio de la consolidación del sistema democrático en el seno de la sociedad Argentina, que vino para quedarse definitivamente.

Juicio a las Juntas y asonadas carapintadas

Esta democracia nos permitió, a través de una decisión política, ideada y ejecutada con coraje, por primera vez en la historia juzgar a quienes, no solo fueron usurpadores del poder, sino que a través del poder del estado, que nadie se los había delegado, se transformaron en saqueadores y asesinos del propio pueblo argentino.
Estos 25 años permitieron consolidar las instituciones que nuestra Constitución contempla en su articulado, pero que pocas veces fueron respetadas. De tal manera se ha consolidado este sistema que cuando algunos trasnochados quisieron volver al pasado, en 1987, encontraron a un pueblo unido que los repudió, impidiéndoles concretar sus intenciones golpistas. 

Por más República

Luego el propio sistema encontró la salida ante difíciles situaciones institucionales, como sucedió en la crisis del 2001, o como en el 2008, cuando el pueblo le devolvió a la República, uno de sus tres poderes: el Legislativo.
Ejercer la democracia, no es sólo votar para elegir quien nos gobierna,  también es exigir que se cumplan las leyes, que los funcionarios públicos estén al servicio del pueblo y no de sus intereses personales, que exista una justa distribución de las riquezas y que los esfuerzos para lograrla, sean equitativos.
Ejercer la democracia significa que todos los ciudadanos tengan acceso a la educación, a la salud y a un sistema previsional universal; que los poderes del estado sean respetados, garantizando la existencia de una verdadera República.
Por todo ello la democracia es el mejor sistema conocido para el desarrollo de la vida en sociedad. Pero debemos exigirle el cumplimiento de las deudas que la misma mantiene con una gran parte de la ciudadanía; y después de estos 25 años, debemos valorarla, cuidarla y defenderla para mejorarla. 

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