Nota publicada por el diario Diagonales
La ciudad de La Plata, desde su génesis, fue concebida como una urbe vanguardista, no solo por su diseño urbano, sino por su sentido político, prenda de unión de los argentinos y capital de la principal provincia argentina.
Con el correr de los años se transformó en un importante centro administrativo con asiento de los tres poderes del Estado provincial. Luego, con la creación de la Universidad Nacional, La Plata se constituyó en un indiscutible centro de atención académica.
Estos atributos la ubicaron, en la década del 50, como la ciudad universitaria-administrativa más atractiva y con mayor potencialidad, no sólo a los ojos de los argentinos, sino también a los de muchos sudamericanos.
En los últimos 40 años la decadencia se apropió de la ciudad, de la administración pública y de la propia Universidad. Sin duda alguna, que los quiebres institucionales, los intereses privados y la falta de compromiso de los distintos actores, rompieron con la lógica fundacional que proyectaba ‘La gran capital’.
¿Cómo retomar el sueño de los grandes planificadores del siglo XIX, cómo recuperar una ciudad ambientalmente vanguardista, cómo recomponer la imagen de ciudad universitaria, cómo aspirar a una administración pública de excelencia, cómo recuperar nuestros espacios socio culturales, cómo volver a una ciudad segura en los espacios públicos y privados, cómo garantizar una digna calidad de vida de todos los ciudadanos sin importar el barrio en el que viven?
Estos y muchos otros interrogantes marcan el desafío hacia delante que tenemos todos los platenses, la clase dirigente y los vecinos, el municipio y la Gobernación.
Es así que debemos comenzar por defender los espacios que signifiquen una identidad propia, tales como el bosque, despojado de las construcciones de la administración provincial, con los estadios que identifican la pasión de la ciudad y con el recupero de espacios verdes deteriorados.
Será vital apuntar a valores indiscutibles de la cultura como el Teatro Argentino -principal centro cultural del país (en ausencia del Teatro Colón)-, la Universidad Nacional -emblema del saber-, la Catedral -máxima expresión arquitectónica-, espacios verdes y paseos como la Plaza Moreno -centro geográfico fundacional- o la plaza Islas Malvinas, que mantienen vivo el espíritu y el recuerdo de muchos.
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