viernes, 19 de febrero de 2010

Quienes critican a Carrió están criticando una conducta moral



La postura de Elisa Carrió es producto de la coherencia, y el sostenimiento de un trabajo de años. No es más que la defensa de una idea que viene proclamando desde que emprendió su camino fuera de la UCR.
Quienes como la Dra. Carrió nos fuimos de la UCR por inconductas morales, incoherencia de ideas, y por prácticas políticas de las más deleznables, sentimos que son muchos los radicales que piensan como nosotros, e incluso que han acompañado nuestra propuesta por sentirse más representados que por las propias estructuras del partido.
También somos conscientes que, quienes hoy critican y señalan a Carrió como oportunista, son la minoría que siente amenazada su posición de poder dentro de la UCR. Son además quienes han cruzado la línea que divide lo que está bien y lo que está mal, entonces quieren que todos lo hagan, para disimular su inconducta entre la multitud.
Tener enfrente a alguien que es coherente en el sostenimiento de sus ideas, que se paró frente al atropello kirchnerista en pleno auge de este, cuando todos creían que finalmente había surgido el tercer movimiento histórico, que tiene una conducta intachable moral y materialmente, que no es ningún improvisado, que tiene experiencia y trayectoria, es algo insoportable para quien no posee ninguna de estas características. Desnuda su real naturaleza; es un espejo que refleja su esencia débil y cabildante, en el mejor de los casos.
Es cierto que es tiempo de construir. Que la oposición tiene una responsabilidad con la ciudadanía. Que debemos consolidar una propuesta.
Que nuestra mayor responsabilidad como oposición es generar y mantener acuerdos parlamentarios, que son los que garantizarán el buen funcionamiento del Poder Legislativo, tantas veces atropellado por el Poder Ejecutivo. Y que en definitiva es el soporte fundamental de la república, la división de poderes.
Pero también es cierto que el costo no debe ser cualquiera. Nuestro deber es brindarle a la gente una opción, pero que sea clara, insobornable, que no deje ninguna duda respecto a las conductas a futuro. Y eso se logra si detrás hay una conducta que lo respalda.
El país, la Provincia y la Ciudad está lleno de oportunistas. Es hora que comencemos a llenarlo de dirigentes con compromiso, a los que no todo les de lo mismo. Con los oportunistas nos fue muy mal, pero siguen estando. No les demos más oportunidades.

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